Día con día le suministramos a nuestro cerebro sustancias que lo fortalecen o debilitan. Alimentos altos en ciertas grasas o azúcares pueden estar asociados a un estado de inflamación de la región cerebral relacionada con el establecimiento de la memoria a corto plazo y a alteraciones bioquímicas. En cambio, todo alimento que contenga silicio resulta benéfico para el cerebro. Éste se encuentra en la avena, cebada, manzanas y pepino. La relación entre la nutrición y el funcionamiento cerebral es muy importante, ya que alimentarse de manera deficiente puede propiciar envejecimiento y alteraciones en los procesos de aprendizaje.
Fuente: Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (2019). La nutrición y el cerebro. Disponible en: https://www.gob.mx/issste/articulos/la-nutricion-y-el-cerebro?idiom=es
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