Los niños duermen más que los adultos, su patrón de sueño es diferente y es cambiante a lo largo del desarrollo. Un niño que no duerme bien tendrá problemas de aprendizaje y memoria.
El insomnio puede llegar a confundirse con el trastorno de hiperactividad, pues a consecuencia de un mal descanso, se puede sufrir ansiedad, irritabilidad e incluso depresión, así como falta de motivación y alteraciones cognitivas.
Para atender el problema se recomiendan algunas estrategias conductuales y evitar que los niños ingieran comida chatarra alta en azúcares o irse a dormir con los dispositivos electrónicos, porque su cerebro estará en estado de alerta en vez de prepararse para el descanso. El insomnio infantil también puede deberse a una alteración neurológica o a un ambiente familiar bajo estrés o violencia.
Fuente: Sandoval, I. (2017). Los niños también sufren insomnio. Disponible en: https://unamglobal.unam.mx/los-ninos-tambien-sufren-insomnio/
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