Las mamás y el estrés: algunos consejos prácticos para vencerlo

Como mujer, convertirnos en madres puede significar muchas cosas, entre ellas: convertirnos en adultas, activar el sentido de cuidado, vivir un amor verdadero y puro. Sin embargo, ciertamente significa incluir en el “balance” otro aspecto importante de nosotras mismas.
Si bien “ser madre” se puede vivir como el “trabajo” más hermoso y más satisfactorio de todos, no se puede decir que sea el menos agotador. Sin embargo, esto no se debe únicamente al desempeño de nuestro rol parental, sino sobretodo al intento continuo de integración y conciliación de compromisos y roles que nos involucran en el contexto familiar, laboral, hogareño, de amistad y social. Entonces, ¿cómo lidiar con la carga psicológica y el estrés de la vida cotidiana?
Reconocer y seleccionar actividades, pensamientos, expectativas o preocupaciones que son realmente importantes para nosotras y dejar de lado las más superficiales.
Ser madre no significa que tenemos que estar siempre felices o de buen humor, muy a menudo nos sentimos cansadas, nerviosas y preocupadas. Sentir la presencia de emociones negativas no es señal de que se estés haciendo algo mal, solo significa que necesitamos un momento para detenernos y escuchar.
Es importante dedicar aunque sea un poco de tiempo a lo que realmente nos gusta hacer para estar mejor con nosotras mismos y con los demás. El redescubrimiento de lo que realmente nos gusta hacer, nos permite como madres comprometernos en la escuela, en las actividades extraescolares, en el trabajo y en los compromisos cotidianos, encontrandonos a nosotras mismas, independientemente de los roles que estemos desempeñando.
¡Ser mamás no significa hacer y gestionar todo nosotras mismas.!
Delegar en personas de confianza el cuidado de tus hijos o actividades cotidianas que no se pueden gestionar individualmente no nos convierte en peores madres, sino en mamás más consientes.
Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universitat de València (UV)