La crisis de salud pública actual ha puesto en debate dos temas urgentes: pandemia y ansiedad en niños. Nos acercaremos a su definición, identificación y tratamiento.
El encierrro al que nos hemos visto obligados durante los últimos meses a cuasa del covid-19, ha traído consigo afectaciones a níveles, económicos, culturales, sociales, entre otras, que han impactado de manera directa nuestro comportamiento como invidual y colectivo.
La coyuntura ha propiciado, además, la adaptación a nuevas dinámicas en la manera en la que interactuamos socialmente sin que en verdad estuviésemos preparados para las mismas.
Nadie, ni gobierno, instituciones, ni sociedad, estábamos preparados para afrontar una pandemia, mucho menos a un aislamiento obligatorio, pero necesario.
El mundo, sin lugar a dudas cambió y con ello, nuestra forma de entenderlo. Sin importar edad, condición social o creencias, todos nos hemos visto afectados por la crisis desatada.
La salud mental ha sido uno de los temas que ha cobrado fuerza en la actualidad, dado que ha sido uno de las áreas más afectadas, situación que ha propiciado un debate necesario alrededor de ella.
La soledad, es aislamiento, la preocupación, entre otros factores, han traído como consencia el crecimiento exponencial de trastornos mentales, los cuales pueden manifestarse en síntomas tan preocupantes como la ansiedad, pánico o depresión .
Una de las poblaciones más afectada ha sido la infantil. Si el aislamiento resulta difícil de entender y en un adulto, cuánto más será en un niño que no cuenta con la capacidad de dimensionar una situación que atenta contra la salud y que está ajena a su comprensión.
La ansiedad generalizada ha sido uno de los trastornos más frecuentes, la cual puede manifestarse de diversas maneras, razón por la cual debemos estar antentos a las señales de ansiedad en nuestros seres queridos y en nosotros mismos.
A continación, abordaremos el trastorno de ansiedad en los niños de tres ejes fundamentales: qué es, cómo detectarlo y cómo controlarlo.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es un estado menta caracterizado principalmente por la inquietud, la excitación emocional constante y la inseguridad.
La ansiedad puede interprertarse también como un sentimiento que provoca miedo ante cualquier circunstacia, una alteración emocional que provoca reacciones de rechazo, de instropección y que se manifiesta, incluso en cambios de humor inesperados.
Con el tiempo, si no es tratada a tiempo, puede convertirse en un problema crónico que interferirá de forma negativa en nuestras actividades cotidianas, que en caso de un niño se reflejará en sus quehaceres académicos y en los de su tiempo libre.
El aislamiento que obligó a la virtualidad para atender los compromisos académicos, enfrentó a los padres a circunstancias para las cuales, en una gran cantidad de casos, carecían de información que les permitierá abordar de manera adecuada las medidades durante la pandemia.
Por supuesto, esta circunstancia ha generado en la comunidad infantil y adolescente, trastornos de ansiedad que han afectado su salud mental y su salud física.
¿Cómo detecar los trastornos de ansiedad en niños?
Ahora bien, explicada la ansiedad e identificadas las causas más frecuentes que pueden llevar a ella y algunos de sus alcances más relevantes, abordaremos cómo podemos identificarla desde los primeros síntomas.
La familia es nuestro primer contacto con el mundo exterior y es en ella donde aprendemos a interactuar en sociedad; es, precisamente, la familia el escenario que nos entrega las primeras enseñanzas y la que sienta las bases sobre las cuales podremos desarrollarnos en la vida adulta.
El papel de la familia durante es aislamiento ha cobrado un papel más que preponderante. Ese niño que antes permanecía la mayor parte del tiempo en la escuela, ahora se desenvuelve de las mismas actividades, pero esta vez desde la casa.
De acuerdo con el PH. D, Jerry Bubrick, en un ensayo científico para el Child Mind Institute, los trastornos de ansiedad en los niños, si no es tratada a tiempo, tiende a empeorar con el tiempo, haciendo más complicado, dado que el infante interpreta que hacer caso omiso a ella es la respuesta más adecuada para enfrentarla.
No obstante, esta decisión que muchas veces en motivada por la familia del menor, provoca que la misma se convierts en un problema crónico.
La observación es clave para identificar un síntoma que presente el niño y que se relacione con su estabilidad emocional. Por ejemplo, un indicador que permite identificar algún tipo de trastorno es el cambio en su comportamiento cotidiano.
En la escuela además de un proceso de formación cognitivo, el niño aprende a relacionarse con niños de edades similares y con adultos que representan una figura de autoridad; también está en constante contacto con actividades que fortacelen sus competencias motrices y creativas.
Por lo tanto, es comprensible que el niño manifieste miedo, cambios de humor repentinos, déficit de atención y en los casos más graves ataques de pánico y depresión.
No es un tema menor, en el cual, padre, madre o adulto tutor debe prestar atención, para identificar cualquier comportamiento que pueda alertarnos sobre alguna alteración en la salud mental del niño o adolescente a su cargo.
¿Cómo tratar los trastornos de ansiedad en niños y adolescentes?
Explica el doctor Bubrick en el mismo informe, que paso más efectivo para tratar la ansiedad en niños es la Terapia Cognitiva de Comportamiento (CBT por sus siglas en inglés).
Menciona, además, que la intervención con medicamentos antideprevesivos, prescritos usualmente para adultos no son la mejor opción en niños con ansiedad.
La Terapia Cognitiva de Comportamiento sostiene que la forma en cómo pensamos y actuamos definirá cómo nos sentimos. En ese orden de ideas se puede interpretar que el cambio nace desde el interior, en este caso nuestro hijo que se está viendo afectado por una crisis de ansiedad.
Un ambiente seguro y controlado por un adulto, es el escenario ideal para empezar a tratar la ansiedad en niños, a partir de la exposición del infante a situaciones que eleven sus niveles de ansiedad progresivamente, para que encuentre la forma de adaptarse a cada circunstancia de manera adecuada.
Es decir, el niño empieza a tomar el control de las sitaciones, siendo de esta manera autónomo y dueño de sus emociones, superando sensaciones como el miedo o el pánico. Al ser participe de su propio proceso, será el menor quien encuentre la respuesta que le permita superar un crisis de ansiedad.
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