Tener un hijo con TEA es un reto, sobre todo al principio. Por eso te damos cinco consejos para padres y madres que te pueden servir de apoyo al arrancar este proceso, esperamos te sirvan de orientación para dar los primeros pasos.
1. Acepta el diagnóstico.
El diagnóstico de un hijo o hija es impacto muy fuerte ya que implica la pérdida del hijo deseado (completamente sano o neurotípico), lo supone entre otras cosas un duelo que conlleva un complicado ajuste emocional.
Lo primero que te sugerimos hacer es “aceptar el diagnóstico de tu hijo”, para sobrellevar mejor este proceso puede ser de utilidad iniciar un proceso de psicoterapia, que te ayudará a lidiar el estrés, miedo, ansiedad, las inseguridades y el remolino de emociones propios de esta fase, así como establecer metas funcionales y positivas, considerando que es una condición con la que tu hijo vivirá.
2. Hazte experto en TEA y en tu hijo (a).
Para poder ayudar a tu hijo debes informarte, revisa información (busca bibliografía, artículos científicos, acércate a especialistas, cursos, escuela para padres, grupos de apoyo y centros terapéuticos), esto te permitirá tener un panorama más amplio y así podrás entender y apoyar de manera más adecuada a tu hijo (a). También observa, conoce y vuélvete un experto en tu propio hijo (a), ya que de esta manera podrás enfocarte de manera más específica en su propio proceso.
3. Busca apoyo profesional.
Como ya sabemos el TEA no se cura por lo que el objetivo es brindar al niño todas la herramientas y recursos posibles para dar el menor la posibilidad de tener el mejor desarrollo, para tener una vida plena. Para esto es necesario acceder a profesionales especializados en diferentes áreas (neuropediatras, psicólogos, terapeutas ocupacionales, logopedas, musicoterapeutas, profesionales educativos, etc.).
Un niño (a) TEA recibe tratamiento simultáneo en diferentes áreas (intervención multidisciplinaria), cada uno de estos tratamientos pueden enfocarse en objetivos concretos, pero a la vez complementarse entre sí, de forma en que los beneficios a la persona sean lo mayor posible.
4. Adapta, adapta y adapta.
Las personas con TEA perciben el mundo de una forma muy distinta al resto, por lo tanto se comportan de formas diferentes, sin embargo el mundo no está adaptado para ellos, por lo que puede resultar un ambiente muy confuso y hasta hostil. Si ya conoces a las personas con TEA y las características de tu hijo (a), (habilidades y dificultades comunicativas, perfil sensorial, rituales y rutinas, preferencias y rechazos, etc.), y te habrás dado cuenta que necesitas realizar muchas adaptaciones para facilitarle las cosas.
Lo más importante es adaptar tu comunicación, sus habilidades comunicativas son muy variables y pueden ir de una capacidad comunicativa nula o un lenguaje complejo, pasando por todos los puntos medios. Se recomienda adaptar las rutinas en casa y planear las salidas.
5. Cuídate, busca apoyo personal, profesional y pide ayuda.
Los padres son una pieza clave en la evolución de niños (as) con TEA, ya que no solamente se encargan de llevar a los menores con profesiones y especialistas, sino que en casa en el día a día siguen rutinas, estructuras, recomendaciones, para ayudarlos a ser la mejor versión de sí mismo y potenciando todas sus habilidades y capacidades.
No tengas miedo de pedir ayuda, tener una red de apoyo sólida beneficiará al menor y a todo su entorno. Y por último no descartes los grupos de apoyo, compartir y escuchar las experiencias que viven otras familias en esta condición te ayudara a elaborar tu propia historia y recopilar ideas distintas y, tips que te servirán en tu día a día.
Psicóloga Guadalupe Anaya
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